Su sonido es inconfundible. Se activan 220.000 veces a lo largo de la vida útil de un vehículo, pero aun así los indicadores de dirección son los grandes olvidados. Por ejemplo, según el Observatorio sobre el comportamiento de los conductores en la red de Autopistas de España, el 67% de los conductores no los mantiene durante toda la maniobra de adelantamiento, y el 53% ni siquiera los activa para cambiar de carril. Magnolia Paredes, responsable de desarrollo electrónico, iluminación y testing, recuerda que “son un elemento de señalización esencial ya que es la manera de avisar al resto de usuarios de la via de nuestras intenciones”. Su uso correcto, en cinco claves.
La regla de seguridad RSM (Retrovisor-Señal-Maniobra):
Antes de indicar cualquier maniobra, es obligatorio comprobar, a través de los retrovisores, que se puede llevar a cabo de manera segura. Si es así, se debe señalizar con suficiente antelación para que el resto de los usuarios puedan reaccionar. Pero también hay que evitar anticiparse demasiado para no confundir a los otros conductores.
Señalizan, pero no dan preferencia:
Para cambiar de dirección, de carril, de sentido… Los intermitentes anuncian próximas maniobras, pero en ningún caso dan prioridad de paso. Hay que respetar la conducción del resto de vehículos y no provocar situaciones de peligro.
Toda la maniobra:
No sólo se debe indicar el inicio de un adelantamiento, sino que hay que mantener el indicador de dirección activado hasta volver a incorporarse al carril inicial.
Al salir de la rotonda:
Su uso en las glorietas es básico porque es uno de los puntos donde más accidentes se producen. No es necesario señalizar que se accede a ellas ni tampoco que se va a continuar girando, pero sí debe recurrir al intermitente para avisar de cambio de carril y de que se va a abandonar la rotonda en la próxima salida.
Aparcar y los atascos no son una emergencia:
Muchos conductores suelen usar erróneamente los cuatro intermitentes en una retención. Pero si se va a frenar repentinamente, hay que avisar al resto de conductores mediante el empleo reiterado de las luces de frenado, evitando las luces de emergencia. Además, la forma correcta de alertar de una parada o de la intención de aparcar es con el indicador del lado hacia el que se va a dejar el vehículo.
Del brazo de señalización al LED dinámico:
Fue la considerada como primera estrella de cine, la actriz Florence Lawrence, la que inventó en 1914 el intermitente. Muy aficionada al automovilismo, arreglaba y mejoraba los coches que compraba, por ejemplo mediante un dispositivo conectado al guardabarros trasero del coche que, cuando se pulsaba un botón, subía o bajaba una señal de giro.
Un siglo después, la tecnología LED ya sustituye las lámparas de incandescencia “con un mayor ahorro y seguridad, ya que a diferencia de las convencionales duran toda la vida del coche”, explica Paredes. A nivel estético, “los LEDs y la incorporación de guías de luz han permitido integrar los intermitentes laterales a los retrovisores y cambiar totalmente el aspecto de los delanteros y traseros”.
Además, se introduce el intermitente dinámico que consta de varios segmentos de luz que se van encendiendo progresivamente del centro hacia el exterior. Los acabados Xcellence y FR del nuevo SEAT León, por ejemplo, integran intermitentes en los espejos retrovisores exteriores para aumentar la visibilidad de la maniobra. El equipamiento Full LED incorpora faros de hasta 900 lúmenes y 11 diodos luminosos, así como pilotos posteriores con iluminación infinita (coast-to-coast) e intermitentes dinámicos. “Un movimiento de barrido que permite al resto de conductores percibir con mayor claridad la dirección del vehículo, lo que supone una contribución significativa a la seguridad vial”, afirma Paredes.