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RESPIRADORES DE EMERGENCIA

“Los héroes están en los hospitales, nosotros hemos hecho lo que sabemos hacer”.

SEAT recibió ayer un reconocimiento especial otorgado por el diario La Razón por la capacidad de adaptación y respuesta de la compañía a la hora de fabricar respiradores de emergencia en sus instalaciones. La Dra. Carmen Martínez, del equipo de Salud, Seguridad y Emergencias de SEAT, recogió el galardón en un acto de homenaje a los profesionales sanitarios celebrado en la Real Casa de Correos en Madrid.

El pasado mes de abril, la compañía adaptó la línea de producción del SEAT León para producir respiradores de emergencia y ayudar al sistema y profesionales sanitarios a frenar el desarrollo del virus en España. Un proyecto en el que se involucraron más de 150 empleados de todas las áreas de la compañía de manera voluntaria y que supuso una demostración de trabajo en equipo y de colaboración abierta entre empresas, administración pública y start-ups. La compañía llegó a producir más de 600 respiradores de emergencia que se entregaron a hospitales de toda España: “Todo surgió de una conversación en casa con mi mujer. Se había interrumpido la producción en Martorell y, ante las alarmantes cifras de contagiados, pensé que teníamos que aprovechar la capacidad de SEAT y la competencia de nuestros empleados para ayudar de alguna forma”, relata Christian Vollmer, vicepresidente de Producción y Logística de SEAT. El equipo de Salud y Seguridad de SEAT, con Patricia Such al frente, dio el siguiente paso y, en contacto con sanitarios de diferentes hospitales, determinó que una de sus principales necesidades era disponer de más respiradores. Así empezó todo.

Un reto a contrarreloj.

“Yo no soy médico ni enfermero, soy ingeniero. Solo podía ayudar generando equipos para los que salvan vidas y es lo que hemos hecho”, explica David García, responsable de Mantenimiento de SEAT Martorell. Él y Alicia Molina, responsable de Ingeniería de procesos de Prensas y Chapistería en SEAT, son dos de los ingenieros que arrancaron el proyecto, pensando en cómo industrializar el prototipo de la empresa Protofy.XYZ, el Hospital Germans Trias i Pujol y el Hospital Clínic de Barcelona. “Apenas dormimos, el equipo se desvivió por ayudar y esa fue la clave para dar rápidamente con ideas tan ingeniosas como las que aplicamos”, se emociona Molina.

“Diseñamos soluciones de movilidad para las personas y ahora nos hemos movido para que puedan respirar”, sigue la ingeniera. Para hacerlo usaron los mismos elementos y materiales. Por ejemplo, los componentes eléctricos de un respirador son una fuente de alimentación de un PC, un regulador de luces LED y el motor de un limpiaparabrisas. “Al principio pensamos en los elevalunas, ya que teníamos más en stock, pero nos quedamos con el motor del limpiaparabrisas porque era el que garantizaba 2.000 horas de funcionamiento”, asegura García. Otro reto era dónde producir los ventiladores de emergencia. Decidieron adaptar la línea del subchasis del nuevo León. “Tenemos un equipo con un talento extraordinario, estábamos convencidos de que podíamos hacerlo y lo conseguimos en solo una semana”, añade.

De 15 a 150 personas en un abrir y cerrar de ojos.

A medida que iban surgiendo necesidades, el equipo se iba ampliando con empleados de todas las áreas de SEAT. Sin pensarlo dos veces,  Elías Muñoz, un conductor de instalaciones, se ofreció voluntario. Él estuvo colocando los reguladores de presión y las balizas a los respiradores. “Este trabajo es, sin ninguna duda, uno de los más importantes de mi vida”, asegura Muñoz. A su lado, en la línea, estaba Pilar Arroyo. De instalar motores en vehículos pasó a hacerlo en los ventiladores. “Cada vez que salía un camión con los respiradores camino a los hospitales arrancábamos a aplaudir. ¡Estoy muy orgullosa!”, exclama Arroyo.

Todos los ‘héroes’ necesitan un traje.

No llevan capa, pero sí necesitaban mascarillas para no correr ningún riesgo mientras fabricaban los ventiladores. Por eso, en otro taller, el de Color&Trim de SEAT, la máquina de coser de Nick Allen no ha parado en todas estas semanas. El costurero de coches ha puesto su experiencia de más de 35 años al servicio de la lucha contra el COVID-19, confeccionando más de 50 mascarillas diarias para todo el equipo.

Un carrusel de emociones. Así define David García estas semanas. “Al principio, era un sinvivir. Sabíamos que éramos capaces de hacerlo, pero temíamos no ser lo suficientemente rápidos”. El sábado 4 de abril, los primeros 20 OxyGEN #HOPE salían de Martorell camino a los hospitales Ramón y Cajal de Madrid y Bellvitge, en Barcelona. “La alegría fue inmensa, pero también había en nosotros un gran sentido de la responsabilidad”, sigue. “Los héroes están en los hospitales, nosotros hemos hecho lo que sabemos hacer”, añade.  Para el responsable de Mantenimiento de SEAT Martorell es demasiado pronto para mirar atrás, aun así concluye “si somos capaces de replicar lo que hemos hecho estas semanas, podremos con cualquier otro proyecto de SEAT”.